Recreación y Ocio en las Personas con Discapacidad Intelectual

05.03.2022

Cuando nos referimos a la recreación y el ocio, debemos comprender que es un derecho natural para toda persona y sobre todo cuando queremos promover la participación de las personas con alguna condición de discapacidad intelectual (DI), teniendo como objetivo potenciar su salud física y mental de forma más activa a lo largo de su desarrollo vital. Ahora, es importante comprender que no debemos caer en el error de transformar estos conceptos como una expresión de las intervenciones profesionales para subsanar una atención, debemos generar una acción concientizadora dentro de la comunidad social y profesional que rodea a estas personas, previniendo el continuo circulo de asistencialismo y toma de decisiones que les competen meramente a ellos y que no se vuelva una decisión de terceros, según Brown (1989), nos menciona que los padres ejercen un frecuente control e influencia sobre las elecciones cuando de actividades de recreación y ocio se trata, los profesionales no deben caer en el mismo circulo asistencial.

Para el presente artículo, se intenta colaborar con una apreciación desde la objetividad profesional que plantea la "recreación y el ocio", con el fin de entregar una herramienta que mejore las condiciones sociales y la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual (DI). Para ello es necesario comprender y definir los conceptos que envuelve a la temática, tales como: Discapacidad Intelectual (DI), Recreación, Ocio y Participación.

Comenzaremos mencionando que la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos habla de que la Discapacidad es un "fenómeno complejo que refleja una relación estrecha y al límite entre las características del ser humano y del entorno en donde vive", en base a esto, es que define a la Discapacidad Intelectual (DI), "como aquella condición que presenta una serie de limitaciones en las habilidades diarias de la persona para aprender y responder a las distintas situaciones de la vida, siendo por lo mismo más lento en los procesos de aprendizajes, compresión y comunicación.

Es de este modo, que la Asociación Internacional para el Estudio Científico de las Discapacidades Intelectuales (AAIDD), publica en 1999, un documento donde se expone un lineamiento estratégico orientado a la recreación y el ocio para las personas con discapacidad intelectual (DI) que marca un precedente para un fin explicativo, lo que nos permite entender que la recreación nace desde los tiempo de la historia del ser humano en la tierra, aprendiendo a utilizar diferentes métodos que le permita mostrarse como un ser vivo libre y feliz, hoy en día, este concepto ha cobrado mucha relevancia y fuerza traspasado de manera transversal las fronteras sociales para solidificarse como un derecho que vaya en pos de la calidad de vida en las personas. Ferrater Mora (1976), ha considerado a la recreación como "un modo de hacer, una manera de vivir, una forma de ser que se apodera del ser humano, que se identifica con él, que lo realiza o que le permite un cierto grado de éxito personal que le satisface plenamente", es por ello entonces, que la recreación hace una referencia a la construcción de situaciones de goce que nos divierten, alegran y deleitan al momento de distraernos en medio de nuestros que haceres o el estrés, reinventándonos de manera sistemática y satisfactoria según nuestras necesidades.

Es por esto, que el ocio es una de las áreas de adaptación a la nueva concepción que mejora la calidad de vida tomando un rol fundamental en el tiempo, Argyle (1996), lo define como "conjunto de actividades que una persona realiza en su tiempo libre, porque desea hacerlas, sin presiones externas, con el objetivo de divertirse, entretenerse y desarrollarse a sí mismo". Por lo tanto, los aspectos fundamentales que definen el ocio, son la libertad de elección, la motivación por la actividad y un estado mental caracterizado por la complacencia personal, demostrando una similitud con el concepto de recreación.

Por lo descrito anteriormente, es inevitable no tomar como concepto "la participación" la cual viene a involucrar un desarrollo dentro de la sociedad, como un arquetipo que busca genera una inclusión, mostrándose como un componente fundamental dentro de la Clasificación Internacional del Funcionamiento (CIF, 2001), debido a que puede esta ser definido como el hecho de involucrarse en situaciones de la vida, Dueñas y García (2012), plantea que "la participación es un proceso, que incluye la posibilidad de hacer, al tomar parte de algo, con la finalidad de provocar una reacción, participar entonces debe ser comprendida como una causa y como una consecuencia". Es debido a ello, que se busca potenciar a través de la recreación y el ocio la utilización de los espacios para el disfrute y descanso como una alternativa que favorezcan la participación en el medio social y el entorno que rodea a la persona para que de este modo articule una posibilidad de conectar con otros.

Si bien, las actividades recreativas y de ocio son de carácter individual y personal, estas de igual forma buscan la interacción socioafectivas con el entorno que han elegidos, que aspiran a ser partes de un sistema social amplio que encadena una relación con otras personas y que no es exclusiva de alguna comunidades, Donaldson y Pezzoli (1990), nos dice que, si las personas sin discapacidad mantienen interacciones sistemáticas con las personas con discapacidad, esto conllevara al aumento de las actitudes positivas hacia las personas con alguna condición de discapacidad, demostrando que toda persona con o sin condición necesita de otros para potenciar al máximo su desarrollo social y afectivo.

Entonces, debemos pensar que la "recreación y el ocio" en las personas con discapacidad intelectual (DI), ayuda a que fomenten su participación social de forma activa en sus tiempos libres, la cual conlleva a un incremento de su autoestima, el favorecimiento a una interacción, propiciando oportunidades para la adquisición de habilidades, con el motivo de beneficiar nuevas competencias para prosperar en el hogar y en su comunidad. En una publicación realizada por Verdonschot et al. (2009), nos indica que los factores ambientales que rodean a la persona con discapacidad intelectual (DI), influyen positivamente en la participación social.

Para Hutchison y Lord, (1979), sugiere que, en los procesos de integración de las personas con alguna condición de discapacidad, cuando estas participan de actividades, ya sean, recreativas o de ocio pueden lograr:

  • Proporción oportunidades para experimentar la participación y el disfruten en entornos similares a sus iguales (sin discapacitados).
  • Permiten desarrollar habilidades y confianza.
  • Favorecen elecciones y participación en las actividades de la comunidad.
  • Fomentan el desarrollo de la autoconfianza y la dignidad.

Para finalizar, hay que entender que la familia juega un rol fundamental dentro de la recreación y el ocio en las personas con discapacidad intelectual (DI), debido a que proveen un crecimiento desde una perspectiva de autonomía e independencia, el cual va forjando la capacidad de tomar sus propias decisiones y a su vez refuerzan sus propios intereses, por otro lado, es de gran necesidad que se sumen a la participación y desarrollo de esta visión las entidades educativas, debido a que son un lugar en donde pasan una gran cantidad de tiempo a lo largo de su crecimiento y que por lo general con una buena orientación pueden descubrir que son un promotor innato de la recreación y el ocio a través de sus actividades curriculares, solidificando las oportunidades de interacción social e inclusivas con los estudiantes y su entorno. 

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