Chi Kung y el Adulto Mayor: Una perspectiva para la práctica de la Actividad Física

15.07.2024

El Chi Kung, es una práctica de actividad física China desconocida en algunos lugares del occidente y pocos conocen como también reconocen los beneficios que aporta a la sociedad, esta disciplina data de más de 4.000 años de historia y tiene como fin el fortalecimiento del organismo a nivel físico, mental y espiritual, siendo una herramienta para el cultivo y mantener una buena salud prolongada en el tiempo para quienes lo practican, pero antes de comenzar a entregar algunos datos, es bueno comprender ciertos criterio con respecto al Chi Kung y al Adulto Mayor:

En primer lugar, en lo que respecta a los Adultos Mayores, la Organización Mundial de la Salud, los clasifico en el siguiente orden: personas de 60 a 74 años son de edad avanzada, entre los 75 a 90 años son ancianas y desde los 90 años en adelante, son grandes viejos (OMS, 2005), por otro lado, en un consenso de la Asociación Internacional de Psicogeriatria (IPA) define a esta población en grupos de edades para la aplicación de diagnósticos, tratamientos, programas de desarrollo, con el fin de ofrecer un mejor manejo en su intervención, clasificándolos de la siguiente manera: adulto mayor joven 55–64 años, adulto mayor maduro 65–74 años, adulto mayor 75–84 años, anciano mayores de 85 años, nonagenarios y centenarios.

En segundo lugar, el adulto mayor presenta muchas veces trastornos en la coordinación motora donde se genera un deterioro cognitivo, físico, motriz y emocional, la cual es uno de los elementos cualitativos del movimiento que va a depender del grado del desarrollo del Sistema Nervioso Central (Jiménez y Jiménez, 2002), el cuerpo humano a medida que comienza a envejecer en el tiempo, va experimentando cambios significativos de manera fisiológica y anatómica, siendo de menor o mayor grado sus efectos de forma gradual y afectando su autonomía e independencia en las actividades de su vida diaria (AVD).

En tercer lugar, el Chi Kung o también conocido como Qi Gong , significa cultivo de la fuerza vital o control de la energía propia, es un antiguo sistema Chino de origen Taoísta para el mantenimiento de la salud, la cual se basa en la meditación realizada a través de movimientos suaves en coordinación con la respiración para desplazar el Chi o Qi (energía vital) y también posee un grado de estiramientos y de giros en cada movimiento, poniendo el énfasis en la mejora de la salud, regulando, fortaleciendo y previniendo enfermedades (Jahnke et al., 2010). Esta práctica posee dos componentes denominado Chi Kung Interno y Chi Kung Externo, el primero se enfoca en mejorar la respiración, la realización de ejercicios de forma estática o dinámica generan efectos tranquilizadores en distintas áreas, mientras que el segundo se enfoca en fortalecer la musculatura, mantener fuertes y flexibles los tendones y mejorar la movilidad articular, entre otros efectos.

Ahora bien, podemos mencionar que el Chi Kung, es beneficioso para los Adultos Mayores, las Personas con Enfermedades Crónicas o Discapacidad, debido a que los ejercicios Chinos pueden producir profundos efectos que se centran en lo psicológico y lo físico, pudiendo haber diferentes métodos para aquellos que le resulte compleja su realización, en especial cuando son adultos mayores o personas con alguna limitación y que en cuyo caso se pueden ir adaptando los ejercicios a su condición o fisionomía, ya que la falta de movimientos o actividad física puede debilitar su musculatura.

Lo importante dentro del Chi Kung, es que podamos ser capaces de enfocar la meditación con el movimiento, ya sea este de pies o sentado y tener una práctica regular para que vayan generando efectos positivos en el tiempo, así como lo han demostrado diferentes estudios en los que podemos destacar los siguientes:

  • Promueve la salud física y psicológica (López García R, Contreras Tejeda Y. Qigong de salud, segunda guía teórica práctica. La Habana. Centro Nacional de Prevención de las ITS-VIH/SIDA; 2013).
  • Retarda los procesos degenerativos de envejecimiento (Alvarez Miranda O. Tai chi Chuan. Beneficios para su práctica. Santiago de Cuba: Ed. Oriente; 2015).
  • Disminuye el stress y la ansiedad (Qu M Y. Taijiquan-A medical assesment. Simplified Taijiquan. Beijing: Ed.China Sport; 1986).
  • Induce la mejoría de los aspectos emocionales y sociales (Diamond J, Cowden L. Qigong en Medicina Alternativa, la Guía Definitiva. En: Goldberg G. ed. California: Future Medicine Publishing.Inc.; 2000).

Por otro lado, podemos mencionar que el Chi Kung es muy útil para la rehabilitación o el mantenimiento del estado físico, y me atrevo a clasificarla dentro de la actividad física aeróbica de bajo o mediano impacto, debido a que posee características tales como: ritmo moderado, tonifica los músculos, mejora la circulación sanguínea, reduce la presión arterial, mejora la capacidad pulmonar, fortalece el corazón, reduce el contenido corporal de grasa, entre otras, también debo mencionar que desarrolla y potencia la coordinación motriz, el equilibrio, etc.

Para finalizar la Organización Mundial de la Salud, manifiesta que la actividad física en las personas mayores, sirve para prevenir caídas y las lesiones por caídas, así como el deterioro de la salud ósea y funcional (Directrices de la OMS, sobre Actividad Física y Hábitos Sedentarios, 2020), por lo cual el Chi Kung se vuelve en un excelente aliado, debido a que posee multicomponentes como lo son el equilibrio funcional, la fuerza, la coordinación, amplitud de movimiento, etc., es por esto que recomiendo esta disciplina como una práctica de iniciación para las personas mayores o con alguna limitación física, debido a que es una actividad que potencia y mantiene su bienestar y que a su vez es de fácil acceso y puede ser realizada en cualquier lugar y momento con un buen guía.

No debemos olvidar, que se recomienda que los adultos mayores deben realizar actividad física de manera semanal, enfocándose en actividades de multicomponentes variadas y que le den prioridad al equilibrio funcional y a un entrenamiento de fuerza con intensidades moderadas o elevada, divididas entre tres o más días a la semana para que mejoren su capacidad funcional y por sobre todo evitar caídas (Directrices de la OMS, sobre Actividad Física y Hábitos Sedentarios, 2020). 

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