Actividad Física y Deportiva en Personas con Discapacidad Intelectual, consecuencias de la Pandemia
La actividad física y el deporte es fundamental para mantener una vida saludable y prevenir futuras complicaciones mentales y físicas, pero cuando el 31 de diciembre del 2019, China informa al mundo sobre la aparición de una epidemia denominada Covid-19 la que amenaza a todos y todas en nuestra sociedad, y que fue declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una emergencia de salud pública de preocupación internacional el 30 de enero de 2020, el mundo que conocían y al que se enfrentaban a diario las personas con Discapacidad Intelectual (DI), repentinamente comenzó a cambiar, alejándolos de una vida socialmente activa y adquirida que a pesar de sus propias limitaciones significativas, tanto en su funcionamiento intelectual como en su conducta adaptativa (habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas), en donde se estaban abriendo pasos y comenzaban a empoderarse, socialmente se detenía, encontrándose sin un apoyo concreto a los nuevos procesos sociales que empezaba a imponer la pandemia, enfrentándose a las múltiples restricciones de manera desproporcional con medidas de distanciamiento físico y apartamiento de sus actividades ya estructuradas.
Estas restricciones, obligadas por la pandemia y produciendo que las personas con Discapacidad Intelectual (DI) permanezcan en sus hogares, han manifestado efectos negativos a su diario vivir, en especial por la falta de práctica de la actividad física y deportiva, el impacto mental y físico que están enfrentando estos últimos meses han sido variados, y podemos identificar entre ellos la relación en los cambios significativos de su conducta a nivel cognitivo, la falta de comunicación con su entorno de confort que por lo habitual se encontraba fuera de su hogar, lo cual provoca un retroceso en su desarrollo social adquirido, debido a su aislamiento, disminución de su concentración o atención, descuido generalizado de su propio cuidado personal, asociados a sentimientos de soledad, depresión y ansiedad, por una parte y por otro, al no tener una vida activa como lo solían hacer a través de la actividad física y deportiva, varios de ellos y ellas han vuelto al sedentarismo producto de su confinamiento en su hogar y no tener las condiciones a su favor, lo que provoca en sus cuerpos un exceso de sobre peso el que tiende a aumentar su colesterol LDL, pérdida de la masa magra ganada antes de la pandemia al realizar actividad física y deportiva, disminución en la ventilación del sistemas respiratorio y cardiovascular, posible aumento de la presión arterial, síndrome metabólico, entre otros.
Es debido a esto, que las Personas con Discapacidad Intelectual (PcDI) se ven afectadas significativamente y es necesario desarrollar estrategias de comunicación y adaptaciones más cercanas que permitan enfrentar la crisis y el contexto personal en la que se encuentran, con el fin de que le permitan la reintegración a la actividad física y deportiva, la cual potenciaba su independencia, autonomía y mejora de su condición física y mental, como parte de su desarrollo social activo constantemente en el medio donde se abrían espacios de participación.